Biopetróleo y violencia de género


Hoy he leído dos artículos que no tienen nada en común pero de los que quiero dejar constancia en este blog porque ambos me han parecido interesantes dentro de su contexto.

El primero, aparecido en la publicación digital de hoy del periódico Cinco Días, bajo la denominación "Como sacarle petróleo a las algas". En este artículo, realizado por el periodista Lucas Vernal, se indica que la producción de este nuevo carburante, denominado "biopetróleo", se basa, según sus fabricantes, en una réplica acelerada de la formación natural del petróleo a partir de algas marinas.
También recoge el citado artículo que el investigador de la Universidad de Alicante, Cristian Gomis, encargado de la supervisión del proyecto, lo presentó como una nueva fuente de energía 'en continuo, inagotable y no contaminante', ya que las grasas vegetales de las microalgas se duplican constantemente y no movilizan carbono fósil. Este investigador destacó, por encima de todo, el carácter ecológico del nuevo carburante: El biopetróleo de BFS emplea los excesos de dióxido de carbono (CO2) que producen, entre otras, las industrias térmicas, por lo que 'no sólo no contamina sino que limpia la atmósfera', aseguró. Las algas son un 'sumidero de dióxido de carbono', por lo que considera que pueden servir para frenar el calentamiento global.

Espero que este nuevo proyecto sea factible ya que podría significar un avance importante en la mejora de nuestro medio ambiente.

Con respecto a la violencia de género, es de destacar el informe que acaba de publicar, Anmistía Internacional en el que analiza la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género , una vez que se ha cumplido un año desde su plena entrada en vigor. En este informe, que me ha parecido muy completo, se analiza la utilidad de dicha norma para remover los obstáculos con que se encontraban las mujeres víctimas de la violencia de género.
El informe recoge datos de ocho comunidades autónomas, incluye hasta cuarenta recomendaciones y propone indicadores para evaluar la efectiva consecución de los objetivos marcados por dicha Ley.
me ha llamado la atención, entre otros datos recogidos en el informe, los porcentajes de órdenes de protección denegadas en el 2005: un 22,7 %.