Yo personalmente pienso que no, que es el sistema social en el que estamos integradas el que produce este tipo de actitudes, con todas las consecuencias inherentes a ellas.
Pero esta pregunta viene al caso por un artículo que he leído esta semana en el Diario de Avisos. El artículo denominado "violencia de género" está escrito por Mª Reyes García Trujillo, doctora en Medicina, Psiquiatra y psicoterapeuta. Independientemente de mi opinión, creo que es un buen artículo y que merece la pena leer. Destaco del mismo los párrafos finales, a modo de reflexión:
"Vaya por delante el reconocimiento de situaciones particulares dramáticas y terribles, pero junto a ello se impone que ambas partes puedan recurrir a la instrospección y al autoexamen. Quizás un acercamiento y comprensión entre las partes, con protección y delicadeza, haría girar el rumbo de los acontecimientos, abocados a la destrucción, hacia posiciones de acercamiento, respeto y cuidado mutuo. El reconocimientos de los propios errores es necesario que se realice también en la mujer maltratada, que con determinadas posturas acepta inconscientemente seguir estando en el lugar de la víctima, aceptando la persecución sin poder acogerse a los cambios que permiten otra posición para ella.
¿Por qué se aceptó o eligió determinado tipo de pareja? ¿Qué llevó a sentir como una necesidad la continuidad de una relación que hiere, daña o humilla? ¿Por qué no se ha podido establecer y mantener límites efectivos y protectores? En nuestra sociedad actual existen más que nunca mecanismos que permiten a las mujeres valorar y ejercer sus capacidades con libertad e independencia, la bondad de los valores que van implícitos en la femineidad están a mi entender en estos momentos fuera de toda duda; pero es necesario que las propias mujeres podamos darle a estas capacidades mayor reconocimiento en lugar de aceptar victimización y desvaloración, incluida la social.
Es desde nuestra posibilidad de autovaloración y serenidad frente a los momentos obligados de soledad y autonomía como podremos evitar caer en situaciones de perjuicio y construir relaciones nuevas de amor sobre las bases del respeto mutuo."
5 comentarios:
Estimada Marialob, acabo de leer una respuesta que daba usted, a un comentario, el quince de diciembre pasado. Estas eran sus palabras de entonces:
"Y ¿tienes constancia de que se aplican distintas penas para un mismo delito según sea mujer u hombre quien lo comete?, porque si es así nuestro sistema judicial no funcionaría."
Pues bien, tienes que saber que efectivamente es así, y no sólo "de hecho", sino también "de derecho". La vigente "Ley contra la violencia de género" dispone diferentes penas para los mismos hechos según el sexo del infractor.
Permítame, por tanto, que le haga una cita literal de los artículos que dicha norma a incorporado al vigente código penal:
----- ARTÍCULO 153:
El que por cualquier medio o procedimiento causare a otro menoscabo psíquico o una lesión no definidos como delito en este Código, o golpeare o maltratare de obra a otro sin causarle lesión, cuando la ofendida sea o haya sido esposa, o mujer que esté o haya estado ligada a él por una análoga relación de afectividad aun sin convivencia, o persona especialmente vulnerable que conviva con el autor será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año (…).
Si la víctima del delito previsto en el apartado anterior fuere alguna de las personas a que se refiere el artículo 173.2 [personas que conviven con el autor], exceptuadas las personas contempladas en el apartado anterior de este artículo, el autor será castigado con la pena de prisión de tres meses a un año (…).
----- ARTÍCULO 148 CP [lesiones agravadas-, en relación con el 147.1]:
Las lesiones previstas en el apartado 1 del artículo anterior podrán ser castigadas con la pena (...) , atendiendo al resultado causado o riesgo producido: (...) 4. Si la víctima fuere o hubiere sido esposa, o mujer que estuviere o hubiere estado ligada al autor por una análoga relación de afectividad, aun sin convivencia. 5. Si la víctima fuera una persona especialmente vulnerable que conviva con el autor.
----- ARTÍCULO 171.4
El que de modo leve amenace a quien sea o haya sido su esposa, o mujer que esté o haya estado ligada a él por una análoga relación de afectividad aun sin convivencia, será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año (…). Igual pena se impondrá al que de modo leve amenace a una persona especialmente vulnerable que conviva con el autor.
----- ARTÍCULO 171.5
El que de modo leve amenace con armas u otros instrumentos peligrosos a alguna de las personas a las que se refiere el art. 173.2 exceptuadas las contempladas en el apartado anterior de este artículo, será castigado con la pena de prisión de tres meses a un año (…)
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Como usted puede comprobar, por tanto, si la víctima es una mujer unida al autor por algún vínculo afectivo (no es necesaria la convivencia), la pena mínima (que es la que usualmente imponen los jueces) es el doble (seis meses) que la que se impone (tres meses) cuando la víctima es el esposo u otra persona con la que se conviva.
Todas los juristas que conozco (y, por razones personales, son bastantes), están perfectamente de acuerdo en que una ley así es radicalmente inconstitucional. Incluso se da la irónica circunstancia de que cierta amiga me había asegurado, antes de que esta ley se promulgara, que era absolutamente imposible que se llegara a aplicar una ley tan manifiestamente inconstitucional: pocos meses después ella misma era destinada como juez a uno de esos nuevos juzgados “de violencia doméstica” creados por esta ley.
No deja de sorprenderme, en fin, el que usted, que se considera tan informada sobre estos asuntos como para escribir en una bitácora, ignorara esta característica de la nueva ley. Tal vez no sea casualidad: los medios de comunicación se han esforzado manifiestamente en “alabar” una norma que, en mi opinión, sólo va a exacerbar el problema.
En cualquier caso, ahora que ya tiene los datos, tengo total confianza en que usted, partidaria de un feminismo igualitario, considerará tal ley absolutamente intolerable, y hará todo lo que esté en su mano por denunciarla.
Por lo demás, si está usted realmente interesada en estos temas, puedo pasarle alguna otra información que seguramente le podrá ser útil. Mi correo electrónico es athini_glaucopis@hotmail.com
Buenos días Athini, gracias por ser tan exquisito en trasladar fielmente el articulado que Ud. considera que perjudica al hombre en beneficio de la mujer. Yo no me considero en absoluto tan informada sobre estos asuntos como Ud., ya que no conozco a la perfección el código civil ni otras normas como para afirmar como Ud. que las mujeres estamos siendo beneficiadas por la legislación española al respecto. Si fuera así, desde luego sería injusto. No obstante, creo que todavía hay mucho que modificar, existen normas obsoletas y normas que ayudan a que se afiancen las desigualdades de género, y otras normas que descaradamente perjudican a la mujer. Nuestro sistema normativo no es perfecto, pero creo que va mejorando. Por otro lado yo escribo en mi blog para entrenerme, para denunciar lo que creo que es injusto, y para difundir noticias y eventos que me importan. No me considero nada especial, no soy experta en ningún tema que no se refiera al trabajo que desarrollo, que por cierto no tiene nada que ver con el sistema judicial. No soy feminista. Soy mujer y he visto muchas injusticias a lo largo de mi vida, que no solo han afectado a las mujeres.
Gracias por realizar ese comentario en mi blog, pero quiero que sepa que creo que todavía existen muchas desigualdades de género en España y no precisamente perjudican al hombre.
Saludos.
Marialob
Hola de nuevo Athini Glaucopis, solo quiero comentarte que he visto tu trayectoria bloguera en el blog WonkaPistas y me he dado cuenta que eres una mujer, así que cambio un poco mi enfoque inicial, ya que creo que eres una persona que lo ha tenido fácil en la vida ¿me equivoco?
Gracias de nuevo por visitar mi modesta bitácora y de contactar.
Saludos.
Me parece muy interesante y muy valiente por tu parte que te atrevas a tratar éste tema.
Yo creo, por mi experiencia en el trabajo con parejas que más allá de las leyes, que, como dice la psiquiatra se tratan de juegos colusivos muy especiales, juegos de influenia y retroalimentación incosciente mútua. Efectivamente ¿porqué seguir con un pareja una vez que se ha comprobado que es agresivo?. Sabemos que la agresividad va en crescendo, no aparece tan desmedida desde el principio. Sabemos que ellos son hombres terribelmente dependientes y que se aferran a ellas y no son capaces de aceptar la separación "psíquica" de ellas. Las viven como "una parte de ellos" sobre la que tiene poder y derechos, y ellas se lo creen hasta que encuentran a alguien que empieza a apoyarles y empiezan a crecer, entonces ellos sufren un desequilibrio que no pueden tolerar. Vamos comprobando que ellas tienen personalidades muy masoquistas...etc, etc ,etc.
La solución puede ir por el camino de trabajar con ellos también. Se trabaja muy poco todavía con los maltratantes porque se les ve como "el Malo". Y es que al mismo tiempo lo son.
Interesante opinión sobre el tema. desde luego está claro, a la vista de las estadísticas, que este problema lejos de solucionarse, se incrementa. Se necesita actual sobre el fondo y no sólo sobre la forma.
Saludos
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