Desestabilidades funcionariales
Estos días la publicación de varias disposiciones en materia de provisión de puestos de trabajo que afectan a los distintos departamentos de Gobierno de Canarias ha causado un auténtico revuelo en esta Administración Pública. Las buenas intenciones pretendidas con estas medidas no creo que se consigan en absoluto. El personal afectado ya no tiene tantas ganas de cambiar de ubicación y de puesto, han pasado más de 6 años desde que participó en un concurso que salió rana y ahora, ante la inminente publicación de otro prefiere esperar en su anterior puesto, prefiere evitar el estrés del cambio, conocer otras materias para tener que cambiar de nuevo dentro de 6 meses, y puede que a peor, porque cada vez hay menos bien retribuidos y con contenido. Parece que hay voluntad de contentar lo mejor posible al personal afectado, pero no sé si se va a conseguir. Al final quien se va a ver afectada por estas desestabilidades de forma subsidiaria es la ciudadanía, como siempre.
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2 comentarios:
Yo la verdad que me he quedado muy sorprendido con toda esta movida. La mala fama que tenemos los funcionarios siempre la he tenido asumida como propia, pero tengo que reconocer que con todo esto del concurso, me he llevado un bofetón. Por primera vez en los 17 años que llevo trabajando para este Gobierno Autónomo, me he sentido orgulloso de ser funcionario de esta comunidad. Por primera vez. La situación que están afrontado los funcionarios autonómicos es muy grave, tanto, que si le hubiese ocurrido al otro colectivo de empleados públicos de la CAC, el personal laboral, habría habido barricadas, con quema de neumáticos incluidos, en las puertas de los centros de trabajo. Y cuando, lo más probable era que los funcionarios se cruzaran de brazos, a la espera de que los causantes de este desaguisado paliasen de alguna manera, el desastre que se está ocasionando, he visto a funcionarios/as partirse la boca, para cubrir plazas de sus Servicios. He visto a otros y otras funcionarias, atenazadas por los nervios al ver cómo funcionarios con 20 años de servicio, son desplazados a otras plazas cuyo desempeño les es totalmente desconocido, dejando al servicio al que han pertenecido en los últimos 7 años, bajo mínimos. Y he visto cómo hemos sido los funcionarios de esta CAC, los únicos que nos hemos preocupado de mantener los distintos servicios operativos, preparados y a punto para continuar prestando servicio a los ciudadanos. Para que puedan seguir retirando sus avales, para que puedan seguirse tramitando subvenciones y ayudas, para que, en definitiva, los ciudadanos puedan seguir contando con su Administración pública canaria en la medida de lo posible.
Lo dicho: orgulloso de ser funcionario
¿Sera el comienzo de un cambio en la pasividad del funcionariado canario ante la generalizada poca profesionalidad de los llamados "altos cargos"?
Un valiente comentario.
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