Tengo alcachofas en mi jardín
Todavía no es que recolecte una buena cosecha, pero si es verdad que mi madre y yo las hemos saboreado ya varias veces desde que empezó la temporada. La alcachofa no solo es un manjar de dioses, también es una fuente de salud. He leído en Consumer Eroski que lo más destacable de la de esta verdura es que la componen una serie de sustancias que no destacan por su cantidad, pero sí por los notables efectos fisiológicos que provocan:
Cinarina y cinaropicrina: compuestos aromáticos responsables del sabor amargo de la alcachofa. La cinarina se conoce por su efecto colerético y diurético. Líneas de investigación actuales se centran en el potencial papel preventivo de la cinaropicrina en enfermedades tumorales.
Ácido clorogénico: compuesto fenólico con capacidad antioxidante.
Esteroles: sustancias vegetales con semejanza química al colesterol animal, con capacidad para limitar la absorción del colesterol en el intestino.
Cinarósido: flavonoide de acción antiinflamatoria.
Ácidos orgánicos (málico y cítrico, entre otros): se sabe que potencian la acción de la cinarina y del cinarósido, entre otras muchas funciones.
¡Aprovechen que estamos en temporada!
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