La contaminación lumínica puede definirse como la emisión de flujo luminoso de fuentes artificiales nocturnas en intensidades, direcciones, rangos espectrales u horarios innecesarios para la realización de las actividades previstas en la zona en la que se instalan las luces.
Este problema, cada vez más extendido viene generado por un ineficiente e inadecuado diseño del alumbrado exterior, la utilización de proyectores y cañones láser, la inexistente regulación del horario de apagado de iluminaciones publicitarias, monumentales u ornamentales, etc.
La contaminación lumínica tiene como manifestación más evidente el aumento del brillo del cielo nocturno, por reflexión y difusión de la luz artificial en los gases y en las partículas del aire, de forma que se altera su calidad y condiciones naturales hasta el punto de hacer desaparecer estrellas y demás objetos celestes.
En canarias este problema se está agudizando. El partido Los Verdes ha denunciado en estos días mediante un comunicado que “el uso excesivo e irresponsable de la energía eléctrica en el alumbrado de exteriores" es la causa de una "agresión medioambiental que ha convertido a Gran Canaria en una antorcha de fotones que impide la visión nocturna de las estrellas y que incluso llega a perjudicar la calidad de las observaciones en el Observatorio Astronómico del Roque de Los Muchachos en La Palma". También consideran que el actual modelo de consumo energético de Canarias basado en el petróleo, "genera residuos que contaminan gravemente el medio ambiente (lluvia ácida, contaminación de los mares, contaminación atmosférica por humos tóxicos) y es la causa principal del cambio climático".
Según esta agrupación, el gran reto para paliar el cambio climático no es aumentar la energía producida mediante fuentes renovables sino ahorrar energía. Por ejemplo los generadores eólicos instalados en el Polígono Industrial de Arinaga no cubren ni la mitad de la energía que se emplea para su propia iluminación nocturna, a todas “luces” exagerada e innecesaria.
Se debe evitar la emisión directa de luz hacia el cielo, mediante luminarias orientadas en paralelo al horizonte, con bombillas bien apantalladas y eficientes, de la potencia adecuada para garantizar la seguridad alumbrando el suelo y no el cielo. Por todo ello Los Verdes han incluido entre sus propuestas electorales la ampliación a toda Canarias de La Ley del Cielo, actualmente vigente para La Palma y parte de Tenerife. El Cabildo de Gran canaria debe impulsar los cambios necesarios en las redes de alumbrado público para disminuir la contaminación lumínica.
Para actuar correctamente, en este sentido proponen dimensionar el problema mediante la elaboración del mapa de la contaminación lumínica de Gran Canaria. Pero lo más importante, es que la población tome conciencia del problema y que desde las administraciones se articulen medidas destinadas a concienciar y educar a la población sobre el problema de la contaminación lumínica. Y es que combatir la contaminación lumínica es una propuesta ecologista rentable ya que sustituyendo las arcaicas lámparas de mercurio por lámparas de sodio y diseñando correctamente las luminarias para que iluminen el suelo y no el cielo, ahorraríamos porcentajes mínimos de un 25% en la factura de la luz, pudiéndose alcanzar porcentajes mayores del 40% y de paso estamos combatiendo el cambio climático.
Indico a continuación algunos vínculos interesantes para quien quiera conocer más sobre la contaminación lumínica y las medidas a aplicar para reducirla:
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