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El jabón se obtiene mediante un proceso de saponificación, reacción que produce un álcali sobre una grasa convirtiéndola en un producto que tiene la propiedad de emulsionar las grasas y los aceites, haciendo que se disuelvan en agua sustancias insolubles.
Es importante guardar unas proporciones adecuadas y mezclar los ingredientes perfectamente a un ritmo constante.
Proporciones adecuadas:
* 3 partes de aceite vegetal
* 3 partes de agua
* 1/2 parte. de sosa cáustica
* Plantas aromáticas o medicinales
1. En primer lugar, mezclamos el agua fría con la sosa en una cacerola profunda y esmaltada, hasta su completa disolución.
2. Añadimos el aceite poco a poco, removiendo la mezcla suavemente al principio para ir aumentado progresivamente.
Siempre debemos batir en la misma dirección durante 30 a 40 minutos aproximadamente, hasta conseguir una consistencia densa en la que quede la huella hecha con el dedo durante unos instantes.
3. A continuación añadimos las plantas medicinales o culinarias en función de las cualidades que queremos dar a nuestro jabón.
4. Vertemos en el molde, nivelando la superficie con un cuchillo y dejamos que se endurezca, tardará de cuatro o cinco días.
5. Sacamos del molde y dejamos reposar el jabón envuelto en papel de repostería durante 14 días antes de utilizarlo.
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