
Comenzamos a caminar por el inicio del sendero de siete cañadas, pasado el Parador y enlazamos con el del Sanatorio. Comimos con mucho apetito acompañados de los lagartos tizones, en el punto de conexión con el sendero de Majúa, por el que caminamos hasta llegar a nuestro punto de partida.
Pienso repetir caminata por ese maravilloso volcán declarado en 2007 Patrimonio de la Humanidad.
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