Arquetipos femeninos
Según el Diccionario de la Lengua Española, arquetipo significa modelo, tipo ideal.
El psicoanalista suizo Carl Gustav Jung (1875-1961) descubrió que en los delirios de los dementes había un fondo colectivo de imágenes y símbolos arcaicos. Llamó arquetipos a estos elementos de la memoria y postuló que además del inconsciente personal existe un inconsciente colectivo, compuesto por los instintos y los arquetipos.
Del mismo modo que los instintos rigen nuestras acciones, los arquetipos establecen cuál será nuestro modo de captación del mundo. Ambos son colectivos, en el sentido de que se refieren a contenidos universales heredados que están más allá de lo personal o individual; y ambos guardan correlación entre sí. Nuestra manera de captar una situación (arquetipo) determina nuestro impulso a actuar.
Ruediger Dahlke, indica que los arquetipos femeninos para la mujer del siglo XXI ofrecen la oportunidad de seguir otros caminos sin el miedo a equivocarse, ya que responden a otros esquemas perfectamente definidos y comprendidos. Según este autor, "en nuestro entorno cultural judeo-cristiano las mujeres no lo han tenido fácil en los dos últimos milenios, porque el arquetipo y modelo más importante no podía cumplirse: la madre virgen. En esta paradoja (cuando se exige a una persona ser virgen y fértil), da igual lo que se haga, porque siempre estará mal hecho. Un estado que apenas puede soportarse y puede llevar a alguien a la locura. Otros arquetipos eran: Eva, la maligna tentadora; la cruel, independiente, Lilith o la seductora Salomé."
Arquetipos femeninos:
Artemisa-Diana: Representa la indomabilidad de la naturaleza. La mujer Artemisa está muy segura de sí misma y defiende su libertad e independencia. Se encuentra mucho más satisfecha en la vida profesional que en su rol de esposa y madre.
Palas Atenea-Minerva: Nació sin la intervención de una mujer. Surgió de la cabeza de Zeus después de que éste matara a su madre, Metis. Representa la sabiduría e inteligencia aplicada a lo práctico. Dirigen empresas y organizan grandes proyectos de ámbito social. Debe aprender a reconocer su parte femenina.
Hera-Juno: La gran Diosa venerada por su esposo Zeus, que luego tiene muchas amantes, lo que continuamente enfurece a Hera. La mujer Hera necesita a un compañero a su lado y a menudo recurre a hombres inmaduros e infieles.
Deméter-Ceres: Diosa de las cosechas y de la alimentación, siente veneración por su hija Perséfone. Prototipo de la mujer madre.
Perséfone-Coré: La niña mimada, adaptable y pasiva. La mujer Perséfone es una soñadora y vive más en la fantasía que en el mundo real porque su madre, y luego su compañero, lo hacen todo por ella. Descarga en otros los deberes y responsabilidades de su vida.
Afrodita-Venus: La diosa de la naturaleza floreciente y el amor feliz. La mujer Afrodita está enamorada del amor; sensual y orientada al goce, atrae, seduce y es fácilmente seducible.
Hestia-Vesta: Diosa del hogar interior, renuncia a todos los enredos del mundo, conservando así su propia paz y pureza. El problema es que esta tranquila moderación en la mujer Hestia puede ocultar una carencia o represión de iniciativas y de la toma de conciencia de unas metas.
Hécate. Diosa triple, del cielo, la tierra y los infiernos. Una gran maga protectora de las comadronas y las herboristas sabias. Protectora de las odiseas del alma: crisis, depresiones... La mujer Hécate renuncia a una visión del mundo hipócrita y falsamente armónica.
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