Sin prisas, pero sin pausa, por favor

Hoy me ha tocado a mí recibir vía correo electrónico un artículo que lleva circulando mucho tiempo por el ciberespacio: "La cultura del Slow Down". Este artículo no me ha llegado con el nombre del autor o autora. Ha sido publicado en varias web y blog pero por las fechas de publicación veo que son burdas copias de un posible original en sueco. No obstante he encontrado otro artículo muy interesante que resume el movimiento Slow. Slow Food es un movimiento internacional nacido en Italia que se contrapone a la estandarización del gusto y promueve la difusión de una nueva filosofía del gusto que combina placer y conocimiento. Opera en todos los continentes por la salvaguardia de las tradiciones gastronómicas regionales, con sus productos, métodos de cultivación y de cría. El símbolo de Slow Food es el caracol, emblema de la lentitud.
Como consecuencia de este estilo de vida actual, acelerado, proliferan enfermedades como la obesidad, el estrés o el Síndrome de la Felicidad Aplazada que consiste en la profunda angustia que experimentan las personas que no cuentan con tiempo suficiente para cumplir con todas sus obligaciones diarias y que posponen cualquier experiencia gratificante a un hipotético momento futuro, que finalmente nunca se alcanza.

El artículo publicado en Phylosophy termina haciéndose estas preguntas:
El Movimiento Slow hace que las personas se pregunten: ¿realmente es necesario vivir tan acelerados? ¿disfrutamos lo suficiente de nosotros mismos y de nuestro alrededor? ¿Por qué nos hemos dejado seducir por otras culturas cuando vivimos en una que no tiene nada que envidiar? Ocupados en ganar dinero que nos asegure un futuro cada vez más incierto, nos hemos olvidado de disfrutar de lo cotidiano. ¿por qué no ir andando al trabajo si se encuentra cerca?, ¿por qué no levantarte diez minutos antes y darte un homenaje con un buen desayuno? o simplemente ¿por qué no dejar que sea la vida la que nos marque su propio ritmo?

Todas las personas que hemos pasado épocas de mucho estrés y aceleración sabemos contestar "rápidamente" a estas preguntas, ahora, lo importante es ser consecuentes con nuestras respuestas.