domingo, diciembre 10, 2006

Abracemos un Drago


Cuando vivía en Las Palmas solíamos ir mucho al Jardín Canario para disfrutar de un agradable paseo y oxigenarnos un poco. En este magnífico enclave de flora autóctona canaria, existe una parte dedicada a los dragos. Los niños ya estaban preparados para el ritual siempre que llegábamos a esa parte del jardin: abrazar un drago. Un momento de paz y armonía antes de volver de nuevo al ruido y la polución de la ciudad.

Quizá algunos piensen que abrazar un arbol es ridículo, pero es una terapia que muchos naturópatas recomiendan por los grandes efectos positivos que tiene. Por ejemplo, abrazar o estar bajo un pino puede fortalecer el sistema respiratorio; el saúco favorece el funcionamiento del hígado y del bazo; el tejo ayuda a calmar las molestias de carácter reumático; la haya elimina el dolor de cabeza y las jaquecas, y el fresno contribuye a consolidar la fuerza de voluntad. Otros beneficios podríamos encontrarlos en la encina, que proporciona lucidez intelectual; el cerezo, que tiene su influencia sobre los órganos sexuales; el abedul, que nos ayuda a superar estados depresivos y de decaimiento anímico, o el castaño, que aporta serenidad.

Cuando abrazo un árbol me siento viva y noto a su vez la energía que me trasmite. Hoy puede ser un buen día para abrazar un árbol.

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